La impedanciometría acústica, también conocida como test de impedancia o timpanometría, es una prueba que permite medir de forma objetiva la respuesta del oído medio al estímulo sonoro para ver cómo se comporta la onda sonora a lo largo de este.
Podríamos decir que la impedanciometría acústica se realiza con el objetivo de detectar posibles lesiones o afecciones del oído medio.
En el caso de la timpanometría, los datos obtenidos durante la evaluación se representan mediante curvas que reflejan la movilidad del tímpano en relación con las variaciones de presión que causan los sonidos. Mediante la interpretación de estas gráficas se puede determinar si existe obstrucción tubárica, si hay presencia de serosidad o mucosidad, si ha habido una perforación del tímpano que ya está cicatrizada, etc.
Es una prueba totalmente indolora. Su principal diferencia con la audiometría es que, en este caso, no se necesita la participación activa del paciente.
Para realizar la prueba de impedanciometría acústica, se utiliza un aparato con una sonda en la apertura del conducto auditivo externo, a través de la cual se aplica un sonido con frecuencia e intensidad variable que genera cambios de presión para desplazar el tímpano de su posición normal. En dicha sonda hay un pequeño micrófono que registra la intensidad del sonido reflejada por el tímpano.