Clínicamente hablando, el tapón de cera es una obstrucción del conducto auditivo debido a la acumulación de secreción ceruminosa. Si los tiempos de formación son relativamente largos (de 6 a 12 meses) la percepción de la existencia es inmediata desde el momento en que alcanza unas dimensiones que hace que obstruya el conducto. La consiguiente sensación del oído tapado y disminución de la audición, a veces acompañada de acúfenos o vértigo, no debe hacer que nos alarmemos en exceso.
El tapón de cera es un suceso bastante habitual y que se resuelve fácilmente. Confiar en un otorrinolaringólogo y un especialista GAES para un control audioprotésico es el camino que seguir para recuperar el bienestar auditivo. Mientras tanto, algunas soluciones útiles pueden ayudar a gestionar mejor esta fase.
Normalmente, el tapón de cera puede quitarse fácilmente aplicando en el oído unas gotas emolientes. Con este objetivo, los aceites de oliva, cacahuate y almendra dulce parecen ser muy eficaces. También pueden utilizarse el aceite de Ylang Ylang, con propiedades emolientes y antisépticas, el aceite esencial de manzanilla, potente antiinflamatorio y el aceite esencial de melaléuca, con acción desinfectante.
Adoptar estilos de vida y comportamientos saludables, favoreciendo el consumo de fruta y verdura y reduciendo las comidas demasiado calóricas y con grasas puede ser una gran ayuda en caso de tapón de cera. Si se sigue un tratamiento con antibióticos, es conveniente tomar yogur o probióticos que refuercen las defensas inmunitarias.
Para una limpieza correcta del oído, los especialistas de GAES aconsejan limitar la utilización de los clásicos bastoncitos de algodón solo al pabellón exterior. Usar agua y jabón, como para la limpieza normal de la cara, sigue siendo la mejor solución. De la higiene interna se encarga directamente el oído. Estas pequeñas medidas permiten mantener el oído limpio y con buena salud, evitando que se formen tapones de cera.